METODOLOGÍA
PARA LA EVALUACIÓN DE RUTAS DE EVACUACIÓN EN CASO DE TSUNAMI APLICADO A
LA COSTA DEL PACÍFICO NORTE Y CENTRAL DE COSTA RICA
Recibido 4 de abril de 2016 • Corregido 04 de mayo de 2016 • Aceptado 15 de mayo de 2016
ResumenSe
ha diseñado un método con el objetivo de elaborar una cartografía de
rutas de evacuación en caso de tsunami a escala 1:10.000, basado en las
directrices establecidas por la Comisión Europea. Las áreas de estudio
son las localidades del Pacífico Norte y Central identificadas como más
vulnerables ante tsunamis. Dicha metodología está basada en el modelado
a baja resolución de 35 escenarios de posibles tsunamis, la
vulnerabilidad física y poblacional del lugar; y está adaptada a los
datos con los que el país cuenta en este momento. Se emplea una
metodología de análisis de redes en un sistema de información
geográfica, para determinar los costos superficiales y con ello, la
ruta óptima a recorrer para evacuar desde la zona inundable hasta los
refugios horizontales (lugares que por su elevación no se inundan en
caso de tsunami) o verticales (edificios situados en la zona inundable,
que por su altura y capacidad sirven de refugio). En Costa Rica, la
metodología dictada por la Comisión Europea debe ser adaptada a la
disponibilidad de datos. Muchos de ellos se obtienen a través de
instancias públicas nacionales, mientras que otros han tenido que ser
creados. Asimismo, se realizan comprobaciones en campo de algunos de
los grupos de datos necesarios. El método de análisis de rutas
utilizado debe ser forzado en algunos casos para lograr que la
evacuación sea completa.
Palabras clave: Tsunamis, Planificación, Planes de prevención, Rutas de evacuación.
AbstracA
method designed with the objective of developing a mapping evacuation
routes in case of tsunami at scale 1: 10,000, based on guidelines set
by the European Commission. The areas of study are the localities
Northern and Central Pacific identified as most vulnerable to tsunamis.
Based on low-resolution modeling of 35 scenarios of possible tsunamis,
physical and population vulnerability of the site, and is adapted to
the data with which the country has at this time. a methodology of
network analysis in a geographic information system is used to
determine the surface and thus costs, optimum to travel to evacuate
from the flood zone to the horizontal shelters (places for its
elevation not flooded in the event route tsunami) or vertical
(buildings located in the floodplain, which by its height and serve as
shelter capacity). In Costa Rica, the methodology issued by the
European Commission must be adapted to the availability of data. Many
of them obtained through national public authorities, while others have
had created. In addition, checks field some of the data sets required
made. The analysis method used routes must be forced in some cases to
make the evacuation is complete.
Keywords: Tsunamis, Planning, Prevention plans, Evacuation routes.
________________________________________________1 Pertenece al Programa RONMAC, Departamento de Física.
2 Pertenece al Programa RONMAC, Departamento de Física.
3 Pertenece al Programa RONMAC, Departamento de Física.
4 Pertenece a la Escuela de Ciencias Geográficas.
IntroducciónAl
menos 12 tsunamis lejanos (Figura 1) y 17 tsunamis locales (Figura 2)
han llegado a las costas costarricenses (entre los años 1539 y 2015):
24 en la costa del Pacífico y 5 en la del Caribe (NGDC/WDS, 2016;
Fernández 2002).. Algunos de estos tsunamis sólo han sido observados en
mareógrafos pero otros han causado daños materiales y uno de ellos
causó la muerte de dos personas.
El 15 de agosto del año 2007,
luego de un terremoto en Perú, el Centro de Alerta de Tsunamis del
Pacífico (PTWC) emitió un boletín de tsunami provocando que las
autoridades nacionales ordenaran la evacuación de sectores como
Puntarenas, Jacó y Quepos. Este evento, sumado a los tsunamis de Chile
de 2010 y Japón de 2011, puso de manifiesto la potencialidad de este
país a sufrir un evento de este tipo y la escasa preparación del mismo
en tal situación. En el caso del terremoto de Perú del 2007, la
desesperación se apoderó de la población costera al no tener claras las
medidas a seguir, lo que provocó, más que una evacuación, un estampida
en lugares como Puntarenas y Jacó (Solano et al., 2007).
La
falta de preparación de la población en materia de evacuación se vio
reiterada cuatro años después con el terremoto de Japón, cuando
nuevamente la población desconocía los sitios seguros y las mejores
rutas para llegar a ellos, y el mensaje de alerta solamente insistía en
la necesidad de abandonar las playas para refugiarse en lugares altos
(López et. al, 2011). Por ello, una buena gestión de la información
dirigida a examinar y divulgar las medidas a tomar en caso de llegada
de un tsunami a la costa, deberían constituir el siguiente y urgente
paso a seguir por parte de las autoridades del país.
El
crecimiento inmobiliario de la zona costera, aunado a la falta de
planificación que lo ha caracterizado (Román, 2007), así como la
afluencia de miles de turistas en temporada alta, provocan una
situación de riesgo inaceptable.
En vista de que los tsunamis no
son muy frecuentes en el país y no se esperan olas muy altas generadas
localmente (Chacón y Protti, 2011), solamente se registran iniciativas
aisladas y locales en materia de prevención y no un plan de acción a
escala nacional.
Los últimos terremotos del 2012 en Sámara, El
Salvador y Guatemala no hicieron más que aumentar la creciente
preocupación por la ocurrencia de un fenómeno de este tipo de carácter
severo. Dada la situación geotectónica del país y sus costas, se hace
necesario comenzar a trabajar en la dirección de la prevención y
abordarla desde varios puntos de vista. El primero de ellos es la
elaboración de mapas de rutas de evacuación para las localidades
consideradas más vulnerables ante este fenómeno, previa valoración de
la amenaza en la costa pacífica y de la vulnerabilidad de las
diferentes localidades que en ella se encuentran.
Figura
1. Tsunamis lejanos y regionales registrados históricamente en Costa
Rica continental y la Isla del Coco. Los números marcan el lugar del
instrumento o del avistamiento. Fuente: Elaboración propia.
Figura 2. Registro de tsunamis locales que golpearon Costa Rica. Fuente: Elaboración propia.La
preparación de la población para actuar en caso de alerta por tsunami
requiere, por un lado, de la estimación de la amenaza, y por el otro,
de una serie de insumos que permitan establecer, de manera adecuada,
las acciones por tomar en caso de alerta por tsunami. En este último
sentido, alarmar a la población sin que ésta tenga claras las pautas
por seguir, significa un aumento del riesgo por la acción caótica que
esto puede generar.
Entre los insumos requeridos
para establecer un sistema de alerta temprana por tsunami, están la
creación de mapas de evacuación por tsunami que implican: la
identificación de las áreas potencialmente inundables, la ubicación de
los sitios seguros, la identificación de las rutas de evacuación, y en
los casos que lo ameriten, estudios de tiempos de evacuación para la
planificación de la optimización de las rutas, tomando en consideración
la evacuación vertical (entendida como la evacuación hacia edificios de
una altura superior a tres pisos y suficientemente resistentes para
aguantar el paso del tsunami). Pero la elaboración de mapas de rutas de
evacuación es solo una parte de lo que debería ser un Plan de
evacuación por Tsunami, el cual debe también comprender otras fases
como la elaboración de sistemas de alerta temprana, la correcta
señalización de las vías y el trabajo con las comunidades para
asegurarse que el plan se desarrollará con éxito llegado el caso. Este
trabajo está enmarcado en el Proyecto “Uso de una plataforma SIG para
la elaboración de mapas de evacuación por tsunami. Etapa 1: desde Bahía
Santa Elena hasta Ventanas de Osa, Litoral Pacífico Costarricense” del
Departamento de Física de la Universidad Nacional y financiado por la
Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias
que, pretende ser la semilla que lleve al Estado Costarricense a
continuar con la elaboración de planes de evacuación en las distintas
localidades costeras vulnerables del país.
Área de estudioEl
área de estudio abarca las playas del Pacífico Norte y Central (desde
El Golfo del Papagayo, en Guanacaste, hasta Playa Ventanas de Osa, en
el Pacífico Sur), con la intención de aplicar el método al resto de
costas del país, una vez aplicado y validado en este primer sector.
La
costa de Guanacaste es eminentemente rocosa y muy irregular,
caracterizada por puntas y bahías, que dan lugar a condiciones
oceanográficas muy diferentes entre playas cercanas, cosa que tiene
importantes implicaciones a la hora de valorar el riesgo por tsunami,
pues las consecuencias de este fenómeno y las condiciones para una
evacuación son notablemente diferentes en una playa respecto de otra
próxima. Otra característica de la costa guanacasteca es la cercanía
del talud continental a la costa, o inicio de la fosa Mesoamericana,
que se encuentra, en algunos puntos, a una distancia de algo más de 11
Km de la costa (zona de playa Marbella).
La costa del Pacífico
Central, por otro lado, presenta características marcadamente
diferentes a la de Guanacaste y la Península de Nicoya; es una costa
fundamentalmente rectilínea, caracterizada por largas playas arenosas,
muy abiertas y orientadas, en su mayoría, hacia el SW. La distancia de
la costa al talud continental es mucho mayor que en el caso de
Guanacaste, con mínimos de 22 km (frente a la costa de Quepos) y
máximos de cerca de 60 km, para Puntarenas o Playa Ventanas de Osa
(Pacífico Sur).
Desde el punto de vista de la evacuación,
Guanacaste presenta la ventaja de ser un territorio muy montañoso por
lo que es relativamente fácil encontrar vías que accedan a los refugios
horizontales (determinados por una cota). Sin embargo, puede haber
zonas muy pobladas, localizadas en sectores planos que pueden complicar
puntualmente las evacuaciones y de ahí la importancia de este trabajo.
El Pacífico Central, al contrario, presenta amplias llanuras costeras
que, en principio, hacen a la zona altamente vulnerable debido a las
grandes distancias a recorrer para alcanzar la altura de seguridad en
caso de que se verifique un tsunami. Sin embargo, es necesario evaluar
el potencial de amenaza, es decir, las alturas de ola esperables en
esta zona, para determinar la urgencia en establecer rutas de
evacuación en las playas de este sector.
Materiales y metodologíaPara
elegir las localidades sobre las cuales se va a aplicar el análisis de
rutas para elaborar mapas de evacuación (1:3,000 o 1:10,000) se tiene
en cuenta la amenaza dada por las alturas máximas de tsunami
combinadas, y la vulnerabilidad física y social de cada playa. Para la
primera se asigna un valor a los distintos sectores de costa según la
altura máxima de las olas, cuantificando así la amenaza. Seguidamente,
se valora la vulnerabilidad de las localidades desde dos puntos de
vista; uno referido a la cantidad de población permanente, entendido
como la cantidad de habitaciones presentes en el lugar. La segunda, se
refiere a la condición topográfica del lugar, indicativa de la
facilidad de evacuación de una localidad determinada. En este caso, se
aplica este método al área de estudio, de forma que se categorizan cada
una de las playas en rangos de riesgo por tsunami. Las playas con el
porcentaje de riesgo más alto tendrán prioridad en el estudio, por
ende, se seleccionaron 16 sectores de playa cuyo porcentaje de riesgo
es alto y que además cuentan con información detallada (Tabla 1).
Una
vez seleccionadas las localidades a mapear, se decide la forma de
definir el área inundable, ya sea por medio de una altura fija, en cuyo
caso los mapas serán preliminares (UNESCO, 2014), o bien por medio de
modelado de inundación de tsunamis a pequeña escala, en cuyo caso se
requiere la medición de datos batimétricos de detalle en la localidad.
Adicionalmente, se recopila la información existente, como calles,
edificios importantes o peligrosos, necesaria para el cálculo de rutas
de evacuación. Seguidamente se empleará la herramienta de análisis de
redes en los Sistemas de Información Geográfica (SIG), siguiendo la
metodología propuesta por la Comisión Europea (Sheer, Gardi, Guillande,
Eftichidis, Varela, de Vanssay y Colbeau-Justin, 2011) para la
elaboración de Planes de Evacuación en caso de tsunami, adaptada a la
disponibilidad de datos con la que se cuenta.
Playa | PF | PP | VF | A | V | R |
Sámara | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 6 |
Bahía Potrero | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 6 |
Tamarindo | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 6 |
Puntarenas | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 6 |
Guiones | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 6 |
Garza | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 6 |
San Miguel de Jabilla | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 6 |
Avellanas | 3 | 2 | 3 | 3 | 2.66 | 5.83 |
Hermosa de Cóbano | 3 | 2 | 3 | 3 | 2.66 | 5.83 |
Santa Teresa | 3 | 3 | 2 | 3 | 2.66 | 5.83 |
Malpaís | 3 | 3 | 2 | 3 | 2.66 | 5.83 |
Hermosa | 3 | 2 | 3 | 3 | 2.66 | 5.83 |
Ostional | 3 | 3 | 3 | 2 | 3 | 5.5 |
Tivives | 3 | 3 | 3 | 2 | 3 | 5.5 |
Carrillo | 3 | 1 | 3 | 3 | 2.33 | 5.67 |
Bejuco Guanacaste | 3 | 1 | 3 | 3 | 2.33 | 5.67 |
Caletas | 2 | 1 | 3 | 3 | 2 | 5.5 |
Pencal | 2 | 1 | 3 | 3 | 2 | 5.5 |
Manzanillo Río Ario | 2 | 2 | 2 | 3 | 2 | 5.5 |
Tabla
1. Playas seleccionadas por su alto valor de riesgo, obtenido
combinando PF (Población fluctuante), PP (Población permanente), VF
(Vulnerabilidad física), A (amenaza), V (vulnerabilidad) y R (riesgo).
Fuente: ROMANC, s.f.Estimación de la amenazaLa
amenaza es el peligro de riesgo externo de un sujeto, representado como
un peligro latente asociado con un fenómeno físico de origen natural,
tecnológico o provocado por el hombre (Cárdenas, 1944). La amenaza en
caso de un tsunami se valora en función de la magnitud del fenómeno que
impacta generando el desastre; para determinar el nivel de amenaza se
toman en cuenta la capacidad de una serie de terremotos costeros que
puedan generar tsunamis que lleguen a la costa del Pacífico
costarricense.
Para la estimación de la magnitud de la
amenaza, se realizaron simulaciones a dos escalas: por un lado se
simularon 30 terremotos lejanos con magnitudes de hasta 9.3 Mw; por
otro lado, se simularon 5 escenarios locales con una magnitud no mayor
a los 8 Mw, ambos en dos mallas anidadas a 60 y 12 arcsec. La
batimetría de las dos mallas se construyó fundiendo datos de batimetría
global de GEBCO a 30 arcsec y datos provenientes de cartas náuticas de
diversas escalas digitalizadas, se usaron mallas de baja resolución
para cubrir una mayor parte de la costa y poder identificar las
localidades con mayor peligrosidad. La topografía provino de datos de
SRTM (Jarvis, Reuter, Nelson y Guevara, 2008) y datos LIDAR (levantados
por Aerodiva y procesados por Stereocarto, por orden de la CNE, en
2012) medidos cerca de la costa. El resultado de la modelación es la
superposición de 35 escenarios de tsunamis, con sus correspondientes
alturas de ola estimadas. Debido a la importancia de la amenaza en la
estimación del riesgo, ésta representa el 50% en la ecuación del riesgo
para la elección de las playas a estudiar.
Estimación de la vulnerabilidadEl
otro 50% se distribuye en vulnerabilidad, considerando ésta como la
exposición de un sujeto ante una amenaza latente (Camilo, 1944). La
vulnerabilidad se puede medir bajo una gran cantidad de formas, pero en
caso de una línea de borde litoral en el Pacífico de Costa Rica se
trabajarán con dos, la vulnerabilidad física (exposición) y la densidad
demográfica. La vulnerabilidad física corresponde a la distribución
topográfica de los sitios a evacuar y además, la distribución de la red
vial según la pendiente del área inundable. La densidad de población
corresponde a la cantidad de población que estaría dentro del área de
inundación. Las playas de Costa Rica se caracterizan por una amplia
visitación turística en cualquier época del año, por eso la
vulnerabilidad demográfica se divide en turismo y la población
permanente.
Valoración del riesgo y selección de localidadesEl
riego es el elemento más importante, éste según Cárdenas (1944) “se
define como la probabilidad de que se presente una pérdida sobre un
elemento o comunidad como la ocurrencia de una intensidad mayor o igual
a i, es decir, la probabilidad de exceder una consecuencia social y
económica durante un tiempo dado”. Según Cárdenas (1944), el riesgo es
la interacción entre la vulnerabilidad y la amenaza, y aunque no existe
una fórmula definitiva para la estimación del riesgo debido a que la
amenaza y la vulnerabilidad son elementos fijos, se ¿cuantifican? en
una operación en todos los casos.
La cuantificación del riesgo
ante un tsunami ha sido determinada por medio de una suma entre los
términos amenaza y vulnerabilidad, a los cuales se les ha atribuido un
valor de uno a tres, en donde, uno es bajo y tres es alto. Se escogió
la operación suma por facilidad, pero con cualquier tipo de operación
matemática el orden de prioridad de playas resultante sería el mismo.
Como
se explica anteriormente, existen una gran cantidad de variables para
identificar la vulnerabilidad, pero para el caso de riego de tsunamis
en Costa Rica se utilizará la física y la demográfica, debido a que son
las que tienen una mayor relevancia directa. Las playas con alta
vulnerabilidad física son las que tiene pendientes muy altas o muy
bajas, puesto que ambas situaciones dificultan la evacuación, una por
imposibilidad de superar laderas muy escarpadas, y la otra por la gran
extensión del área inundable. La vulnerabilidad demográfica se toma por
medio de la cantidad de personas que viven o el promedio de la demanda
hotelera.

Nota:
PF y PP se dividen entre dos para que sea proporcional a la VF, de la
misma forma, VF y el resultado de , para que sea
proporcional a A.
| RANGOS |
Nombre | Variable | Bajo | Medio | Alto |
A: Amenaza | Altura de ola | 1m al 5m | 5m a 9m | 9m a 12m |
VF: vulnerabilidad física | Pendiente en porciento | Mayor a 5 y menor a 20 | 0 a 5 y de 20 a 30 | Mayores de 30 |
PF: población fluctuante (turismo) | Cantidad de hoteles | 0 a 3 | 3 a 10 | 10 a más |
PP: Población permitente | Cantidad de UGM | Menos a 50 | 50 a más | 150 a más |
R: Riesgo | Resultado | 1 a 2 | 3 a 4 | 5 a 6 |
Tabla 2. Estimación de la vulnerabilidad. Fuente: RONMAC, s.f.Bajo
este método se clasifican las playas, asignándoles un valor entre 1 y 3
a la vulnerabilidad física, a la población y a la amenaza. De esta
forma se eligieron las 16 playas con mayores valores de riesgo; se
eligen cuatro para trabajar a una escala de 1:3.000 determinando el
área inundable por medio de modelado numérico de inundación por tsunami
y las otras 11 se trabajarán preliminarmente a 1:10.000 determinando el
área inundable por medio de una cota fija.
Análisis de redes para determinación de rutas seguras para evacuarSegún
el método propuesto en Sheer, et al. (2011), en las directrices para la
elaboración de planes de evacuación en caso de tsunami, publicado por
la Comisión Europea en el marco del programa SCHEMA (Scenarios for
Hazard-induced Emergencies Management), los mapas de rutas de
evacuación deben ser elaborados a través del análisis de redes, que
consiste en analizar la ruta óptima para evacuar desde un punto dado
del área de estudio, teniendo en cuenta los costos de superficie que
existen en el terreno y en las condiciones de las vías de evacuación.
Se entiende costo de superficie como aquel elemento que determina la
mayor o menor conveniencia de usar una determinada ruta (por ejemplo:
la existencia de una fábrica peligrosa en un camino dado, es un costo
que puede determinar que el análisis elija otra ruta, aunque ésta sea
más larga). El análisis de costos de superficie consiste en evaluar una
serie de elementos o circunstancias que condicionan la validez o
idoneidad de una ruta como ruta de evacuación. El objetivo es encontrar
rutas que presenten la menor cantidad de costos; los costos pueden ser
distancia a la red, condiciones de la calle, acumulaciones de
población, pendiente demasiado altas o elementos espaciales alrededor
de los caminos que puedan generar algún tipo de barrera o dificultad de
acceso.
Figura
3. Posición geográfica de las 16 playas seleccionadas para aplicarles
el análisis de rutas y elaborar sus respectivos mapas de evacuación por
tsunami. Fuente: Elaboración propia.La información
cartográfica de las instituciones estatales de Costa Rica en su mayoría
no están con niveles de detalle lo suficientemente altos para poder
desarrollar los modelados de tsunamis a 1:3.000, por ende, la mayoría
no pueden ser recopilados y tienen que ser construidos para la presente
investigación.
Datos topográficos: tienen dos funciones en el
desarrollo de este análisis. El primero es delimitar el área de estudio
en los mapas con escalas de 1:10.000 hasta los 20 metros de altitud
(delimitación del área inundable por cota en vez de por simulación de
la inundación), así como el costo de superficie según los rangos de
pendiente en esa área. Se usaron las imágenes del proyecto BID
catastro, a escala 1:1000; esta información fue complementada con los
modelos digitales del terreno obtenidos a partir de datos LIDAR
(levantados por Aerodiva y procesados por Stereocarto, por orden de la
CNE, en 2012) van cada 1 m del valor z (este proyecto no abarca toda el
área de estudio, por eso, hay que completar con la topografía del BID
catastro).
Distribución de la población: dentro del área de
inundación, es otro de los elementos importantes que influyen en la
evacuación, debido a que en las zonas más pobladas un mayor número de
personas deben ser evacuadas y el modelo debe de dar seguridad para
evacuar a toda la población que esté inmersa en él, mientras en los
sectores que la población es menor, con pocas redes el modelo encuentra
una óptima evacuación. En Costa Rica existen playas muy diversas desde
el punto de vista poblacional, en donde, algunas de ellas la trasplaya
está altamente poblada por facilidades turísticas, pero en la mayoría
de los casos en los alrededores se desarrollan fincas ganaderas o
bosque. En el caso de la población se toman los datos del Instituto
Nacional de Estadística y Censo (INEC) del censo del 2011. La población
turística se calculará basada en la demanda hotelera para cada uno de
los sectores, por medio de la información que maneja el Instituto
Costarricense de Turismo (ICT).
Red vial: por sí misma es un
costo de superficie, la distancia más corta es el principio que el
modelo toma para evacuar, pero adicional a esto, se toman el ancho y el
material de la misma. En el país existe una gran cantidad de archivos
con la información de la red vial para autos, pero la evacuación en
caso de tsunami ha de efectuarse caminando, por ende se ha procedido a
digitalizar e incluir en la red vial cualquier tipo de espacio
caminable para todas las playas del área de estudio, por medio de las
imágenes del proyecto de Stereocarto y el BID del catastro.
Posteriormente, todas las vías utilizadas fueron recorridas en campo
para comprobar su existencia y características.
Figura 4. Algunas de las fichas de trabajo de campo. Fuente: Elaboración propia. Contexto
espacial: en los alrededores de las vías es el último costo de
superficie a valorar y se divide en tres partes: el primero los lugares
peligrosos, que son los lugares que pueden representar un peligro
añadido en caso de verificarse un tsunami (explosiones, vertido de
tóxicos, etc.). Para el caso de Costa Rica estos sitios no son muy
abundantes debido a que el sector industrial en las orillas de las
playas es prácticamente inexistente. Segundo los lugares de
importancia, que son sitios de reunión popular, tales como las plazas
de futbol, colegios y escuelas, iglesias, entre otros. Tercero lugares
especiales, los cuales son los que se encuentran con poblaciones que
pueden presentar condiciones especiales para la evacuación, tales como
centros médicos, jardines de niños, guarderías, hogares para personas
de la tercera edad, entre otros. Estos sitios se toman por medio de los
puntos y polígonos de referencia del Instituto Nacional de Estadística
y Censos (INEC, 2011).
Refugios verticales: en algunos lugares
y en determinadas circunstancias, puede ser recomendable evacuar hacia
un refugio vertical en vez de uno horizontal (determinado por la cota
de seguridad). Se entiende refugio vertical aquellos edificios de más
de tres plantas cuya estructura sea resistente al paso de un tsunami
(Sheer et al., 2011). Para determinar a priori la existencia de
edificios con las características de altura necesarios para que se
puede usar como refugio vertical, se utilizó el modelo digital del
terreno (MDT) y el modelo digital de superficie (MDS). El MDS fue
restado al MDT de forma que se obtiene la altura de los elementos que
se encuentran por encima de la superficie del terreno, como edificios,
árboles, etc. Se seleccionaron las áreas que hayan dado un valor de
esta resta igual o mayor de 10 m. Seguidamente, se superponen las
fotografías de BID catastro, con el objeto de eliminar los elementos
con altura superior a 10 m que se corresponden con arboledas u otros
elementos que no sirvan como refugios verticales. Se digitalizan los
edificios restantes y se comprueba en campo la idoneidad del mismo como
refugio (accesibilidad, cantidad de personas, etc.).
Trabajo de campoDe
forma paralela a la recopilación de datos digitales y su ensamblaje
para preparar el análisis de rutas, es fundamental la comprobación en
campo de muchos de los elementos que forman parte del mapa. Para ello,
se han realizado diversas giras en las que se recorren todas las rutas
obtenidas hasta el momento y se anotan otras particularidades del
terreno que no han podido ser detectadas a partir de la información
utilizada previamente.
Con objeto de ir tomando nota de las
distintas peculiaridades observadas, se procedió a la elaboración de
varios modelos de fichas de campo; cada una de ellas se utiliza en un
tipo de elemento. Las fichas más utilizadas en campo son tres (Figura
4): (1) aquellas que revelan zonas en las que puede haber una
obstaculización de la evacuación (puentes angostos, alambradas, etc.);
(2) las que ponen de manifiesto la presencia de un camino o calle no
digitalizada y (3) las que ponen de manifiesto que alguna calle
presente en los datos debe ser eliminada, por no existir o por ser
imposible el tránsito por ella.
Análisis de rutas de evacuaciónCon
cada uno de los elementos anteriores contempla los costos de superficie
y determina las rutas con menor costo al evacuar. La labor del modelo
es contemplar cada uno de los elementos y elegir solo las que tienen
menor cantidad de costos de superficie y desechar las otras.
Resultados y discusiónLos
resultados hasta el momento son preliminares y sirven para dar una idea
de cómo se aplica este método SIG de análisis de rutas a la resolución
de las vías de evacuación por tsunami en localidades costeras.
Uno
de los principales resultados hasta el momento es la selección de 4
localidades en las que, la realización de mapas de rutas de evacuación
es más urgente, tanto por la amenaza (alturas de ola estimadas) como
por la vulnerabilidad (exposición y población). Estas 4 localidades son
Sámara, Bahía Potrero, Tamarindo y Puntarenas. De ellas, Sámara es en
la que se ha avanzado más y ya se cuenta con el área inundable para 3
casos posibles (Figura 5). El primero de ellos, se refiere
exclusivamente a la cota 20 m; esta cota proviene de la altura máxima
obtenida con el modelado grueso, que fue de 12 m, pero tuvo que ser
redondeada a 20 por las características de los datos topográficos
utilizados. Los otros dos casos, se refieren a la modelización de
tsunamis locales y de tsunamis regionales y lejanos. Cada uno de estos
3 casos presenta un área inundable diferente.
La zona
inundable obtenida para la altura máxima de ola proveniente de tsunamis
locales tiene un área de 0.993888 Km2, mientras que el área obtenida
para los tsunamis regionales y lejanos es de 3.026669 Km2, más de tres
veces mayor que el escenario local. El escenario para tsunamis locales
cuenta con 48 refugios horizontales a los que se accede a través de la
red vial existente, mientras que para el escenario de los tsunamis
regionales y lejanos, se cuenta con apenas 28 refugios, también
accesibles desde la red vial. En algunos casos, el área inundable fue
ampliada manualmente hasta hacerla llegar a una carretera o camino, con
el objeto de hacer la información clara para el público y mostrar el
punto exacto en el que estarían seguros. Si estas pequeñas correcciones
no se hicieran, el público al leer el mapa no sabría en qué punto
exacto estarían seguros.
Otro aspecto que es importante señalar
es el hecho de que para el escenario de tsunamis locales, aunque la
evacuación es más sencilla dada la menor extensión de la zona inundable
y el mayor número de refugios, la llegada de un posible tsunami de
estas características ocurriría en escasos minutos desde que se
produjera el terremoto y por tanto el tiempo de evacuación sería
mínimo. Por ello, se considera importante mostrar y valorar
conjuntamente ambos escenarios, aunque se utilice como caso general el
de mayor extensión del área inundable.
Ambos escenarios, el de
tsunamis locales y el de regionales y lejanos, muestran áreas
inundables considerablemente menores que la definida por la cota de 20
m, a la que se había llegado a partir de un modelaje grueso y un
redondeado de la cota máxima. En el sector oeste la diferencia entre
los 3 escenarios no es tan marcada debido a las altas pendientes que
caracterizan la zona; sin embargo, en la zona este de la playa, sí se
observa que el escenario de la cota 20m se amplía mucho hacia tierra,
debido a las bajas pendientes en este sector (Figura 5).
También
debido a la diferencia de pendientes entre un extremo y otro de la
playa, el área inundable para los casos de tsunami regional y lejano, y
cercano, es mucho más amplia en la zona este de la playa, que en la
zona central y oeste.
En las primeras pruebas que se han
realizado del análisis de rutas, en las que se definirá a qué refugio
debe dirigirse cada grupo de población, se ha visto que, en algunos
casos, determinados sectores quedan sin ser evacuados. La razón de esto
es que el análisis de rutas se creó con una finalidad más comercial que
la aplicación a gestión de desastres, como el encontrar la gasolinera
más cercana o el recorrido más eficiente de los camiones que recogen la
basura; por ello, el modelo deja en ocasiones algunas poblaciones sin
evacuar pues considera que no es “rentable”, según su lógica, ir del
punto donde se encuentra esa población hasta el lugar seguro, basándose
en los tiempos para recorrerlo y los costos. Esta situación, que de
seguro se nos presentará en más de un lugar, obliga a revisar cada
modelo minuciosamente y de forma manual, y forzarlo a evacuar a toda la
población. Este tipo de forzamientos pueden ayudarnos a sugerir a las
comunidades implicadas la introducción de algunos cambios, como puede
ser la creación de algún camino nuevo, la apertura de alguna cerca,
incluso la construcción de refugios verticales.
Figura
5. Zonas inundables para los escenarios de cota 20 m, tsunamis locales
y tsunamis regionales o lejanos. Fuente: Elaboración propia. ConclusionesLa
metodología aplicada, basada en las directrices descritas en el
Handbook of Tsunami Evacuation Planning, elaborado por Sheer et al.
(2011), publicado por la Comisión Europea y adaptada a la actual
disponibilidad de datos espaciales en Costa Rica, es la metodología más
óptima y relativamente sencilla para elaborar los primeros mapas de
rutas de evacuación por tsunami del país. El progreso de este trabajo
llevá a establecer las zonas seguras en caso de tsunami en 16
localidades del Pacífico costarricense, a elaborar un mapa virtual de
la posición de las señales que indican la ruta a seguir y a sugerir
mejoras en el terreno para que toda la población pueda evacuar a tiempo.
El
área inundable para Sámara en caso de tsunami local es cerca de tres
veces menor que para el caso de tsunamis regionales o lejanos, aunque
el tiempo de evacuación es mucho menor. Se utilizará el escenario de
tsunamis regionales o lejanos como caso de estudio general.
La
evacuación es más sencilla en la zona este y central de Sámara que en
la zona oeste, debido a las bajas pendientes que caracterizan esta
última zona.
La cantidad de refugios horizontales en Sámara
para ambos escenarios es suficiente para evacuar a la población de esta
playa y no parece necesaria la construcción de refugios verticales.
En
algunos casos, tanto en Sámara como en las siguientes playas a
estudiar, habrá que forzar manualmente el modelado para asegurarse que
éste evacúa a toda la población afectada.
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