PROBLEMAS
CONCEPTUALES Y METODOLÓGICOS DEL ÍNDICE DE FRAGILIDAD AMBIENTAL Y SUS
IMPLICACIONES PARA LA VALORACIÓN DEL RIESGO EN EL ORDENAMIENTO
TERRITORIAL EN
COSTA RICA
Gustavo
Barrantes Castillo[1]
Universidad Nacional de Costa Rica
Heredia,
Costa Rica
gbarrantes@gmail.com
Recibido
18 de abril de 2016 • Corregido 04 de mayo de 2016 • Aceptado 31 de
junio de
2016
Resumen
La inclusión de la gestión del riesgo en el
ordenamiento territorial es
una consigna que se ha intentado implementar en Costa Rica. No
obstante, el
procedimiento para hacer planes reguladores de uso del suelo en el país
está
atado a lo establecido en la legislación vigente. En el tema de la
consideración del ambiente en la planificación territorial en
particular, se
destaca el decreto Nº 32967-MINAE Manual de Instrumentos Técnicos para
el
Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental (2006), el cual introduce un
modelo
de valoración ambiental (y de las amenazas naturales) que aparenta
sustentarse
en un enfoque epistemológico racionalista-deductivo. Dado que parte de
una
concepción del funcionamiento de la naturaleza como un mecanismo donde
la suma
de las partes representa el todo, además, de introducir imprecisiones
conceptuales y errores metodológicos. Estos aspectos son los que se
tratan en
el presente artículo, en relación directa con sus implicaciones para la
disminución de los desastres en Costa Rica.
Palabras clave: Índice de Fragilidad Ambiental, Ordenamiento territorial, Amenazas
naturales.
Abstract
The inclusion of
risk management in Land Management is a slogan that has tried to
implement in Costa
Rica. However, the procedure for Regulators Plans Land Use in the
country is
tied to the provisions of the legislation. On the issue of considering
the
Environment in territorial planning in particular Decree No.
32967-MINAE:
"Manual of Technical Instruments for the process of Environmental
Impact
Assessment", which introduces a model of environmental assessment (and
natural hazards), that appears based on a rationalist-deductive
epistemological
approach. Where of the nature operation as a mechanism where the sum of
the
parts represents the whole, in addition to introducing inaccuracies
conceptual
and methodological errors. These aspects are developed in this article
related
to their implications for the reduction of disasters in Costa Rica.
Keywords: Enviromental Fragility Index, Land Use
Planning, Natural Hazards.
___________
1 Dr. Pertenece a la Escuela de
Ciencias Geográficas.
Introducción
En razón del mandato de la Sala
Constitucional en el sentido de
incorporar la variable ambiental en los planes de ordenamiento
territorial,
denominados en Costa Rica planes reguladores del uso del suelo (más
comúnmente
conocidos como planes reguladores), y de los compromisos asumidos en el
marco
de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), la
Secretaría
Técnica Nacional Ambiental (SETENA) introduce la evaluación ambiental
estratégica como homólogo de la Evaluación del Impacto Ambiental (EIA)
para su
aplicación a políticas, planes y programas, misma que se implementa por
medio
de la metodología de los Índices de Fragilidad Ambiental (IFA) en los
planes
reguladores
El Decreto Nº 32967-MINAE presenta el Manual
de Instrumentos Técnicos
para el Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental”, el cual contiene
el
procedimiento a seguir para la generación de mapas de ordenamiento
ambiental
territorial (OAT) basados en la metodología de IFA. En el decreto se
encarga a
SETENA avalar el resultado de su aplicación por medio del otorgamiento
de la
denominada “viabilidad ambiental”.
El IFA se presenta como una valoración
cualitativa del grado de
fragilidad ambiental ante el uso de la tierra:
“Índice de
fragilidad ambiental (IFA): se define como el balance total de carga
ambiental de un espacio geográfico dado, que sumariza la condición de
aptitud natural del mismo (biótica, gea y de uso potencial del suelo),
la
condición de carga ambiental inducida, y la capacidad de absorción de
la carga
ambiental adicional, vinculada a la demanda de recursos” (Decreto Nº
32967-MINAE, p. 3)
Según el decreto, el IFA utiliza cuatro
grandes temas de información,
estos son:
Antropoaptitud: condición que presenta un espacio geográfico
en razón de los diferentes tipos de uso del suelo que de él hacen los
seres
humanos.
Bioaptitud: condición natural que tiene un espacio
geográfico desde el punto
de vista biológico.
Edafoaptitud: comprende la condición de aptitud natural
que tiene un terreno dado,
respecto a las condiciones de la capa de suelo que lo recubre.
Geoaptitud: se refiere a la condición de estabilidad
natural de los espacios
geográficos, tanto desde el punto de vista de sus condiciones de
subsuelo, como de los procesos geodinámicos activos que pueden alterar
esa
estabilidad.
De acuerdo con la metodología, las amenazas
naturales son incorporadas
en el índice de geoaptitud. Éste último se estima por medio de la suma
algebraica de las valoraciones cualitativas de sus cinco factores
constituyentes: litopetrofísico, geodinámico externo, hidrogeológico,
estabilidad de ladera y amenazas naturales. Posteriormente se sigue el
mismo
procedimiento para calcular el valor del IFA integrado (con los índices
arriba
mencionados).
En el presente artículo se cuestiona el
abordaje epistemológico,
conceptual y metodológico del modelo de índices aportado en el Decreto
Nº
32967-MINAE, enfatizando en la inconveniencia de su uso para la
consideración
de las amenazas naturales en la planificación territorial y la gestión
territorial del riesgo de desastre.
Enfoque epistemológico
El enfoque epistemológico empleado de manera
consciente o inconsciente
por un investigador o profesional tiene repercusiones sobre la manera
en que se
concibe el objeto de estudio, en este caso el ambiente, así como en la
selección de métodos y técnicas para su investigación.
A pesar de que en el Decreto Nº 32967-MINAE
no se establece afiliación
con un enfoque epistemológico, al hacer una lectura minuciosa del
mismo, a la
luz de los enfoques existentes, resulta encajar con el paradigma
Racionalista-Deductivo.
En este paradigma, el conocimiento científico
se concreta por medio del
diseño de sistemas abstractos dotados de universalidad que imitan los
procesos
de generación y de comportamiento de una cierta parte de la realidad
(Padrón,
2000). En este enfoque el acceso al conocimiento y su validación están
dados
por la razón, que se formaliza por medio de reglas lógico-formales,
abstracciones matemáticas y sistemas de razonamiento en cadena,
principalmente.
La afirmación de que la Metodología de IFA se
basa en un enfoque
racionalista-deductivo se sustenta en la formulación del IFA como un
sistema de
indicadores anidados a manera de un sistema abstracto y universal de
valoración
de la fragilidad que representa el comportamiento de las unidades
espaciales
(zonas) frente al uso del suelo propuesto o actual (en espacial el
urbano). El
enfoque racionalista-deductivo propicia el diseño esquemático abstracto
del
sistema de hechos reales que pretende explicar y predecir, lo que se
hace
patente en la forma de estructurar el IFA (Figura 1).
El tratamiento reduccionista del tema
ambiental que se presenta en el
Manual de Instrumentos Técnicos para el Proceso de Evaluación de
Impacto
Ambiental, simplifica la fragilidad del ambiente por medio de un modelo
mecanicista, como el descrito por De Greene citado por Allison y Hobbs
(2006),
en el cual el sistema ambiental es gobernado por una lógica deductiva y
matemática, donde se asume que la adquisición de suficiente información
combinada
con el poder computacional resulta en la habilidad de predecir el
comportamiento espacial y temporal del ambiente . Dicho tratamiento se
evidencia en el uso de sistemas de información geográfica para calcular
el IFA
como se indica a continuación:
“La forma de calcular el Índice de Fragilidad
Ambiental (IFA) de un
espacio geográfico dado, se obtiene de la suma de todos los puntos, por
medio de la ecuación:
IFA integrado = IFA Bioaptitud + IFA
Edafoaptitud + IFA Geoaptitud + IFA
Antropoaptitud”. (Decreto Nº 32967-MINAE, p. 7)”.
Figura
1. Esquema conceptual del IFA. Fuente: Barrantes, 2012.
Bajo este enfoque, la valoración del posible
impacto de los distintos
usos del suelo sobre el ambiente se predice por medio de un diseño
teórico que
se materializa como zonas de fragilidad que se obtienen por medio de
operaciones matemáticas (sumas) de mapas temáticos estandarizados en
cinco
clases (de supuesta aptitud al uso urbano). Estos mapas se construyen a
partir
de la valoración teórica (del autor) del aporte de cada variable a la
aptitud
del ambiente ante el uso urbano, en una escala de valoración
cualitativa. La
principal debilidad del método IFA, dentro de este mismo enfoque
racionalista,
es la falta de verificación empírica del modelo propuesto, en otras
palabras,
se asume como verdadero el modelo y sus resultados, a partir de su
fundamentación teórica, que no aparecen explicitos en el decreto ni en
la
bibliografía que lo respalda. En otras palabras, no se verifica el
modelo al
aplicarse a un caso concreto, ni su fundamentación teórica, en razón
del grado
de fragilidad que predice el modelo.
Por otro lado, el enfoque racionalista no es
empleado hoy día para
abordar el tema ambiental, más bien es encarado desde abordajes
sistémicos o
incluso desde la complejidad (Allison y Hobbs, 2006). En este sentido
Roberto
Sánchez propone el uso de zonificaciones ecológica, con base en
eco-geográfica,
a partir de la cual es posibles evaluar la aptitud y fragilidad del
medio ante
determinados usos (Sánchez, 2009).
Problemas conceptuales
Toda actividad humana requiere de un espacio
que la soporte, el cual
ocupa y trasforma. El territorio está compuesto por un mosaico de
espacios a
manera de unidades ambientales con distintas características, que se
ven
afectados por el uso que se haga de él. El Manual de Instrumentos
Técnicos para
el Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental se presenta como un
método capaz
de predecir la fragilidad de dichas unidades ambientales ante los usos
actuales
y propuestos, para lo cual otorga una estimación cualitativa a cada una
de las
zonas que emergen de la combinación de las valoraciones individuales de
cada
variable que lo compone, por medio de sumas y reclasificaciones
anidadas. Por
extraño que parezca, las zonas IFA no son el resultado de la valoración
de la
fragilidad ambiental del mosaico de espacios que componen el
territorio, sino
de su aptitud, partiendo del supuesto de que la aptitud es el inverso
de la
fragilidad, en otras palabras, cuanto mayor sea la aptitud de un
terreno
(suponemos que a la urbanización) menor será su fragilidad.
No obstante, en términos territoriales, la
aptitud o potencial se define
como la medida en que el sitio cumple con los requerimientos de
ubicación para
una actividad y la fragilidad se refieren a la vulnerabilidad de éste
medio al
impacto de las actividades humanas, en relación con la resiliencia del
ecosistema y de sus servicios ambientales (Gómez, 2007). Por
consiguiente, es
un error conceptual considerar a la fragilidad como el inverso de la
aptitud ya
que un sitio puede ser apto para localizar una industria pero resultar
muy
frágil a sus vertidos o por el contrario, poco frágil a los mismos pero
no apta
para albergar la infraestructura requerida.
Por otro lado, el IFA contempla las amenazas
naturales dentro del
denominado índice de geoaptitud, al considerar que a mayor amenaza
menor
aptitud. Esto lo realiza de manera truculenta al invertir las escalas
de
valoración cualitativa a conveniencia. Aunque dicho procedimiento
parece dotado
de cierta lógica, en principio no es correcto que las amenazas
naturales formen
parte de los requerimientos de ubicación para una actividad, más bien
representan factores limitantes a los usos intensivos de la tierra, que
deben
ser considerados por separado a la hora de determinar la capacidad de
acogida de
las unidades ambientales
Problemas metodológicos
en relación a la prospección de los riesgos naturales
En cuanto a los problemas metodológicos del
IFA Barrantes (2012) hace un
recuento frente al tratamiento de las amenazas naturales:
Debido a su nivel de agregación de
información y por ende a la pérdida
de significado, el IFA no representa adecuadamente la propensión de las
zonas
resultantes a la ocurrencia de eventos naturales potencialmente
desastrosos.
Se promedian por igual todas las limitantes
ambientales, sin considerar
a las amenazas naturales como una limitante per se, que debe
considerarse
independientemente del valor promediado para otras variables o índices,
cuando
el nivel de amenaza es alto o moderado.
Las amenazas naturales son promediadas entre
sí, lo que no permite
valorar el potencial máximo de una amenaza concreta y sus efectos de
cascada o
sinergias.
Los procedimientos sugeridos para valorar la
amenaza resultan en
aproximaciones rudimentarias y no considera todas las amenazas
presentes en el
territorio costarricense. En la mayoría de los casos no se basan en las
recomendaciones generales de la literatura especializada.
A estos aspectos hay que agregarle que dada
su finalidad, éste índice no
está diseñado para sustentar procesos de prospección de riesgo a nivel
territorial. En otras palabas al sobreponer el uso propuesto en el plan
regulador no se puede evaluar el sobre uso en relación con el nivel de
la
amenaza. Este procedimiento debe realizarse de manera correcta pues es
la base
para reducir los riesgos futuros.
Consideraciones para la
construcción de un método efectivo para la inclusión de las amenazas
naturales
en el ordenamiento territorial
Dadas las limitaciones de IFA frente al
tratamiento de las amenazas
naturales, Barrantes (2015) propone un modelo de valoración para su
aplicación
a nivel cantonal. Al igual que el IFA, el método propuesto parte de un
enfoque
cualitativo cartogáfico, pero tiene entre sus virtudes:
1.
Utiliza un enfoque cualitativo como base
para la estandarización por clasificación lo que permite la comparación
entre
amenazas.
2.
Aproxima la recurrencia de los eventos en
condiciones de registro cortos y datos imprecisos, por medio de la
asignación
peso o de un factor de moderación.
3.
Incorpora las interacciones entre amenazas
naturales por medio de una matriz de interacciones espaciales.
4.
Se diseñó para su aplicación en territorios
con múltiples amenazas y con escasos datos.
5.
Permite hacer prospección del riesgo por
medio de la sobreposición de sus resultados a la zonificación del uso
del suelo
propuesta.
6.
Permite valorar la vulnerabilidad física
por medio de la sobreposición de sus resultados al uso actual del suelo.
El modelo de multi-amenaza para países en
vías de desarrollo propuesto
por Barrantes (2015) se sintetiza en la figura 2. Como se aprecia,
considera
las amenazas presentes en un territorio (no así las ausentes como suele
hacerse
con el IFA), su frecuencia por medio de un peso o factor de moderación
(a la
derecha en la figura 2) y la interacción espacial con otras amenazas
presentes
(a la izquierda de la figura 2). La descripción completa del modelo
puede
consultarse en Barrantes (2015).
Adoptar un modelo como el propuesto por
Barrantes (2015) implica separar la valoración de la fragilidad
ambiental de la
consideración de la gestión del riesgo en el ordenamiento territorial,
éste
último proceso altamente recomendado (PREDECAN, 2009; Subsecretaría de
Desarrollo Regional y Administrativo, 2011; Hoyuela, Gómez y Martínez,
2012).
Figura 2. Modelo conceptual para la
valoración.
Fuente: Barrantes, 2015.
Conclusiones
El Manual de Instrumentos Técnicos para el
Proceso de Evaluación de
Impacto Ambiental, responde a un enfoque epistemológico
racionalista-deductivo
que se hace patente en el desarrollo de un modelo reduccionista y
mecánico de
problema ambiental, el cual es expresado por medio del diseño
esquemático
abstracto del impacto ambiental de los usos del suelo en el
ordenamiento
territorial, por medio de un sistema integrado de indicadores de
fragilidad
ambiental, que se sustenta en supuesto teóricos, formulaciones
matemáticas y el
uso de sistemas de información geográfica.
Las implicaciones del uso descuidado de los
términos aptitud y
fragilidad llevan a interpretar equívocamente las unidades ambientales
o zonas
que se derivan de la metodología, en cuanto a su potencial o
vulnerabilidad
ante determinados usos del suelo.
El algoritmo de cálculo del IFA conduce a la
subestimación de las
amenazas naturales al mezclar esta información con una considerable
cantidad de
variables ambientales de otra índole que no representa restricciones a
la
localización de usos intensivos del suelo desde la perspectiva de la
reducción
del riesgo futuro.
El modelo desarrollado por Barrantes (2015),
supera las limitaciones del
IFA en la integración de las amenazas naturales en un territorio, desde
el abordaje
cualitativo, no obstante, su aplicación en el proceso del ordenamiento
territorial requiere del tratamiento de las amenazas naturales como
limitantes
a la expansión urbana y el uso intensivo del suelo.
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