NOTA CONCEPTUAL

 

Para el año 2016, la UNISDR ha lanzado la campaña “Sendai Siete” con el propósito de promover cada una de las siete metas incluidas en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, adoptado en Japón, en marzo de 2015, a saber:

 

2016 – Meta 1: Reducir considerablemente la mortalidad mundial causada por los desastres para 2030, buscando que la mortalidad mundial promedio entre 2020 y 2030 sea inferior en 100.000 a la mortalidad registrada en el período 2005-2015;

2017 – Meta 2: Reducir considerablemente el número de personas afectadas en el ámbito mundial para 2030, buscando que la cifra promedio mundial entre 2020 y 2030 sea inferior en 100.000 a la cantidad registrada en el período 2005-2015;

2018 – Meta 3: Reducir para 2030 las pérdidas económicas directas ocasionadas por los desastres con relación al producto interno bruto (PIB) mundial;

2019 – Meta 4: Reducir considerablemente los daños causados por los desastres en las infraestructuras esenciales y la interrupción de servicios básicos, en particular en las instalaciones educativas y de salud, entre otras cosas mediante el aumento de su resiliencia para 2030;

2020 – Meta 5: Aumentar considerablemente el número de países que cuentan con estrategias nacionales y locales para la reducción del riesgo de desastres para 2020;

2021 – Meta 6: Aumentar considerablemente la cooperación internacional con los países en desarrollo mediante un apoyo adecuado y sostenible para complementar sus acciones nacionales para la aplicación de este Marco para 2030;

2022 – Meta 7: Aumentar considerablemente la disponibilidad y el acceso de las personas a sistemas de alertas tempranas para múltiples amenazas, al igual que a información y evaluaciones del riesgo de desastres para 2030.

 

De forma similar a lo que sucedió durante la campaña “Un paso hacia adelante”, el éxito de la campaña Sendai Siete dependerá de la participación de una amplia variedad de grupos interesados, a fin de promover una mayor sensibilización sobre el Marco de Sendai y las acciones necesarias para aplicarlo y lograr sus metas.

 

La campaña Sendai Siete representa una oportunidad para que todos los actores, incluidos los gobiernos nacionales y locales, los grupos comunitarios, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones internacionales y la familia de la ONU, promuevan las mejores prácticas existentes en el ámbito internacional, regional y nacional y en los diversos sectores, con el fin de reducir el riesgo de desastres y las pérdidas que éstos ocasionan.

 

De acuerdo a lo anterior, se ha previsto que para el 2016 la conmemoración del Día Internacional para la Reducción de Desastres tenga como lema “Vivir para contarlo” con el propósito de ofrecer una plataforma promotora para que todos estos actores, incluido las agencias de la ONU, las sociedades nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, los grupos académicos y científicas y otros grupos interesados muestren su apoyo a la aplicación del Marco de Sendai y destaquen los logros y los retos para hacerlo, centrándose especialmente en medidas de salvamento durante 2016.

 

Objetivo:

 

Para el presente año, la Organización de Naciones Unidas ha decidido que esta conmemoración tenga por objetivo  crear un nuevo grado de sensibilización en torno a las acciones a emprender para reducir la mortalidad en todo el mundo y mejorar los resultados de salud relativos a los desastres.

 

Tendencias de la mortalidad:

Según el Centre for Research on the Epidemiology of Disasters CRED, la tasa de mortalidad promedio que se registró entre 2005 y 2014 en el ámbito mundial fue de 76.424 muertes anuales. En 2015, el CRED registró 22.773 muertes para ese año.

 

La siguiente es una lista de las principales amenazas naturales y la cifra promedio de muertes que generaron en esa década, junto con la cantidad respectiva para 2015 en paréntesis: inundaciones, 5.938 (3.310); tormentas, 17.778 (996); sequías, 2.030 (35); aludes, 1.369 (923); terremotos/tsunamis, 42.381 (9.525); incendios forestales, 73 (66); actividades volcánicas, 46 (0); movimientos de masa, 373 (0).

 

Asimismo, en 2014, los desastres tecnológicos cobraron la vida de 5.884 personas y el promedio anual en la década anterior fue de 7.514 muertes. Estas cifras incluyen las víctimas del hundimiento de ferris (transbordadores). Según la base de datos del CRED, los accidentes de transporte equivalen al 74 por ciento estas muertes.

 

Las emergencias principales de salud pública que generan una preocupación internacional ocurren con regularidad. Más recientemente, la epidemia de ébola que surgió en los empobrecidos países de Guinea, Liberia y Sierra Leona, situados en África Occidental, cobró la vida de unas 11.000 personas y ocasionó un trauma generalizado, al igual que grandes pérdidas económicas. La rápida propagación del virus de Zika es otro ejemplo de estas emergencias.

 

Resultados esperados:

1.               Un mayor grado de sensibilización mundial sobre el Marco de Sendai, al presentarlo como un plan para salvar vidas y aumentar la resiliencia frente a los desastres ocasionados tanto por amenazas naturales como por los seres humanos.

2.               Un diálogo público para promover cambios de conducta y actitudes hacia la gestión del riesgo de desastres.

3.               Centrar la atención en las acciones emprendidas para que el sector de salud sea más resiliente, al igual que para destacar la salud pública dentro de la gestión del riesgo de desastres[1].

 

 

 

COSTA RICA

 

Como parte de los esfuerzos a nivel nacional en el campo de la gestión de riesgo, a finales del año 2015, el Consejo de Gobierno aprobó la Política Nacional de Gestión del Riesgo cuya vigencia se extende del año 2016 hasta el 2030. Este documento se consolida como el principal instrumento de política pública que deberá servir para orientar las acciones de todos los actores sociales de la República de Costa Rica: Estado, sociedad civil y sector privado, en las acciones de gestión del riesgo.

 

En este importante instrumento se definen una serie de principios rectores cuyo propósito es orientar el proceder de todos los actores en este campo. Es así como se desprende que uno de estos principios es la protección de la vida, entendiendo por ello que quienes se encuentran en el territorio nacional deben ser protegidos en su vida, su integridad física, sus bienes y el ambiente, frente a los desastres o sucesos peligrosos que puedan ocurrir.

 

Aunado a lo anterior, el Eje #1 de esta Política “Generación de resiliencia e inclusión social” procura que la gestión del riesgo sea un elemento de asociación de los programas sociales con que cuenta el estado costarricense, de modo que la vulnerabilidad ante desastres sea un determinante para orientar la inversión social, en términos de proteger la vida y los medio de vida, así como, reducir la exposición a las amenazas, particularmente de quienes se asientan en sitios de peligro. El eje tiene una connotación muy humana y es un indicador muy apropiado para medir avances en políticas de reducción de pobreza y de desarrollo social.

 

Es por lo anterior que la Política de Gestión del Riesgo, junto con el Plan de Gestión del Riesgo, se constituyen un marco de orientación estratégica que contribuye a enfrentar los retos en este tema, mismos que están directamente relacionados con la preservación de la vida y por consiguiente, disminuir los indices de mortalidad a causa de emergencias o desastres.

 

Se debe entender que ambos instrumentos son un eje transversal del estado costarricense, que articula compromisos de las instituciones del Estado y, de manera subsidiaria, del sector privado y la sociedad civil, así como, están en concordancia con el Marco de Sendai, específicamente y en el marco de la conmemoración del Día Internacional para la Reducción de Desastres del año 2016, con la  Meta #1 referente a reducir la mortalidad mundial causada por los desastres para 2030.



[1] Nota: Información suministrada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres - UNISDR